Los residentes de la parroquia de Caraño, en la localidad lucense de Pol, están enfrentando una situación desalentadora. Por un lado, su nuevo templo está incompleto y, por otro, la antigua iglesia carece de una de las piezas más valiosas: el retablo.
Polémica en torno a la restauración y el cartel misterioso
La controversia comenzó hace varios años, pero recientemente se ha intensificado debido a un cartel colocado en la antigua iglesia que reza: “La iglesia no se restaura con pufos. Paga al restaurador. Paga los alquileres”. Aunque se desconoce quién ha colocado el cartel y a quién va dirigido, tanto el obispado de Lugo como el alcalde del municipio han optado por no hacer comentarios al respecto.
El retablo desaparecido
El retablo de la antigua iglesia fue enviado a un taller para su restauración hace varios años, durante el mandato de un sacerdote que ya falleció. Sin embargo, la pieza nunca regresó al templo y desde entonces no se ha sabido nada de su paradero.
Problemas con la nueva iglesia
Además de la falta del retablo, los vecinos también se enfrentan a un segundo problema significativo: la nueva iglesia. Aunque la antigua iglesia aún se mantiene en pie, se considera demasiado antigua, con una estructura principal que data del siglo XVIII y orígenes medievales.
Por esta razón, se construyó un nuevo templo a tan solo 100 metros de distancia. Sin embargo, esta nueva iglesia carece de campanario o cruces en el exterior. Además, los parroquianos han informado que las paredes de ladrillo sin pintar y la cubierta presentan filtraciones de agua, provocando que “llueva dentro”.
En situaciones como esta, es importante que la comunidad se una y busque soluciones a través del diálogo y la colaboración con las autoridades eclesiásticas y locales. La transparencia en la gestión de los recursos y la comunicación abierta pueden ayudar a resolver los problemas y preservar el patrimonio religioso de la comunidad.
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