A la hora de hablar de comida típica de Lugo, no podemos ignorar el hecho de que la cocina gallega tiene una variedad y calidad excepcional. Esto se debe a la riqueza de sus recursos naturales, su clima suave y sus antiguas tradiciones culinarias, que se han ido adaptando a través del tiempo.
Comenzando con uno de los más representativos de la región: el caldo gallego. Se trata de una sopa espesa hecha con nabizas, grelos, cachelos o patatas cocidas, repollo, alubias blancas, grasa de cerdo y algún ingrediente adicional como panceta, chorizo o lacón. Es uno de los mejores platos para tomar en invierno.
La empanada es otro manjar para el paladar. Es una masa de harina, aceite y agua rellena con una variedad de ingredientes, según la receta. Tiene muchas variaciones, como la de zorza con picadillo de cerdo y pimentón, bacalao y pasas, mejillones, calamares o atún.
También hay que destacar el bonito de Burela, que puedes probar de diferentes maneras: en empanada, cocido, asado a la parrilla, etc.
Por último, el Queixo do Cebreiro, un producto con Denominación de Origen Protegida que sirve de ingrediente principal tanto para postres como para otras propuestas saladas. Se trata de un queso fresco de pasta blanda y granulosa elaborado a base de leche de vaca, sin ningún tipo de conservante ni aditivos.
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